gafas para leer

Las gafas en el mundo de los libros

Time Enough at Last es un mítico episodio de la serie The Twilight Zone del año 1959. En él se cuenta la historia de un lector compulsivo que, por puro azar, acaba siendo el único ser humano que sobrevive a un Apocalipsis nuclear. ¡Por fin va a tener tiempo de leer todo lo que quiera, sin tener que atender a otras molestas obligaciones! Eufórico, da saltos de alegría, tropieza y sus gafas va a parar al suelo, hechas añicos. Imaginemos por un momento la magnitud de la tragedia: un mundo lleno de libros que nadie va a poder leer…

Gafas y libros parecen formar un binomio inseparable desde hace siglos. Los expertos aseguran que la historia de las «lentes para leer» se remonta a la Edad Media. Se cree que fueron inventadas en Italia alrededor del siglo XIII, cuando los monjes y eruditos comenzaron a usar lentes convexas montadas en marcos rudimentarios para mejorar la visión cercana. Estas primeras y rudimentarias gafas se sostenían con la mano o simplemente se apoyaban en la nariz. Como las que luce Francisco de Quevedo en sus retratos.

A lo largo del tiempo, el invento se fue perfeccionando con la incorporación de patillas, monturas cada vez más ergonómicas y, sobre todo, mediante notables avances en el terreno de la óptica. Además, su producción se masificó hasta hacer de ellas un producto accesible a todo el mundo. De esta manera, hoy en día encontramos diseños modernos (lentes progresivas, filtros para la luz azul, gafas de moda, etc.). Mucho donde elegir.

Yo mismo he acabado recurriendo a las gafas de lectura (¡quién me lo iba a decir cuando era un joven mozalbete!) cuando la presbicia apareció en mi vida, casi sin avisar. Esta es una de las razones por las cuales poco a poco me he ido acostumbrando a la comodidad del libro electrónico, que me permite elegir el tamaño y tipo de letra. Un lujo.

Sin embargo, sigo usando gafas para leer, convenientemente graduadas, cuando se trata de libros en papel. Solo así soy capaz de enfocar objetos cercanos y visualizar correctamente la letra impresa. Sí, son los tristes e inevitables efectos del envejecimiento natural del cristalino del ojo.

Es cierto que existen soluciones quirúrgicas para «curar» la presbicia, un remedio efectivo para meter las gafas de leer en el cajón y olvidarse de ellas. Sin embargo, hay que reconocer que este objeto es también un complemento de alto contenido estético para cualquier lector o lectora. Hay personas que incluso consiguen un look mejorado llevando gafas, un toque intelectual, un plus de belleza.

Las gafas no solo están apoyadas en nuestras narices y las de muchos escritores famosos. También han tenido momentos de protagonismo en muchas novelas famosas. Como los anteojos de Piggy en El señor de las moscas, que sus embrutecidos compañeros rompen para hacer fuego con los rayos de sol a través de sus lentes. O las gafas de Harry Potter, que se rompen constantemente, siendo reparadas por el joven mago gracias a un hechizo específico.

Lo dicho: gafas y libros, compañeros inseparables.

6 comentarios en “Las gafas en el mundo de los libros

  1. Hola, Daniel. Tiendo a fiarme de las personas que llevan gafas, que las tengo asociadas a la gente que lee. Hace ya años que las utilizo también, no sé si eso influye 😆 Tengo que ver ese capítulo de The Twilight Zone, esa serie me encantaba. Genial la entrada. Saludos 🙂

    Le gusta a 1 persona

  2. Pobre lector del apocalipsis, que ironía más cruel…todo el tiempo del mundo y sin poder descifrar las letras (no se si reir o ponerme dramática). Es casi un castigo griego de los dioses del Olimpo.

    Me alegra que hayas sucumbido a la presbicia con dignidad. Ahora formas parte del club de los sabios «miopeantes» (perdona, pero me gusta inventar palabras).

    Yo me aficioné a las lentillas, pero he hecho las paces con los cristales correctivos, que nada tienen que envidiarles.

    Que idea tan genial para una serie. Como se nota que le han pasado unos cuantos años por encima. Ya no encontramos esos argumentos …colosales

    Un saludo. Me gusta tu blog

    Le gusta a 1 persona

    1. Gracias, a mí también me gustan tus comentarios: argumentados y apasionados a la vez. Voy a tener que visitar el tuyo (dame un poco de tiempo, quiero leerlo a fondo).

      Me gusta

      1. Buenas de nuevo Daniel!

        Tómate el tiempo que necesites, yo voy leyendo el tuyo a trompicones, como el tiempo me va permitiendo.

        Me gusta, y aunque el mío parece más el arrebato de una loca a las teclas, les veo un cierto parecido.

        Sería un placer verte por allí

        Saludos!!

        Le gusta a 1 persona

Deja un comentario