La última reseña de este año está dedicada a Los guerreros del invierno (2024), de Olivier Norek. Una historia épica extraída del hielo y forjada por hechos reales que difícilmente puede deja indiferente al lector.
Norek, conocido anteriormente por sus novelas de crimen y thriller, se atreve aquí con la historia bélica, explorando uno de los episodios menos conocidos de la Segunda Guerra Mundial: la Guerra de Invierno entre Finlandia y la Unión Soviética.
Más que una ficción histórica, esta obra se sostiene sobre hechos reales, documentos oficiales y testimonios, convirtiéndose en una evocación intensa y profundamente humana de un conflicto olvidado por el mundo (menos para los finlandeses).
David contra Goliat en la nieve
El 30 de noviembre de 1939, la Unión Soviética declaró la guerra a Finlandia. Por fuerza tenía que ser un combate desigual que inevitablemente evocaba a la vieja historia de David contra Goliat. Stalin esperaba obtener una victoria rápida y fácil. Sin embargo, la realidad resultó muy distinta. Los finlandeses, lejos de rendirse, ofrecieron una resistencia feroz y organizada.
El autor francés se sirve de la historia novelada para dibujar un conflicto desde múltiples ángulos humanos. Mantiene el rigor histórico a rajatabla, pero sin renunciar a una narración trepidante que corre a ritmo de thriller. Al final del libro, Norek asegura que no se ha inventado ninguna escena de combate, ni exagerado actos heroicos. No sólo eso: muchos de los diálogos han sido extraídos de archivos, memorias y testimonios reales. Esa apuesta por la autenticidad dota a la lectura de una verosimilitud que pocas veces se alcanza en obras del género.
«En tiempos de guerra, uno de cada tres disparos se falla deliberadamente, porque aunque la historia se escribe con sangre, no está hecha de asesinos, y quitar una vida no es nada fácil.»

La muerte blanca
En el centro del relato está la figura de Simo Häyhä, conocido como La Muerte Blanca. El legendario francotirador finlandés capaz de eliminar objetivos desde largas distancias se convirtió en una auténtica pesadilla para las tropas soviéticas. El autor, lejos de idealizar su figura, nos la presenta con matices muy humanos: un campesino que, lanzado a la guerra, se transforma en símbolo de resistencia sin perder su sencillez y humildad.
Les guerriers de l’Hiver es un mosaico humano formado por los relatos de jóvenes campesinos convertidos en soldados sin experiencia, civiles aterrorizados y militares de ambos bandos abrumados por la fiereza del conflicto. El frío, omnipresente, se convierte en un personaje más:
“La nieve absorbe la sangre y se vuelve roja”
La historia está contada de un modo tan vívido que el lector puede llegar a sentir el frío en sus huesos y el miedo de los silencios del bosque helado, antes de que suenen los disparos.
En suma, esa mezcla de thriller militar y crónica histórica hacen de Los guerreros del invierno una lectura muy atractiva y singular. Accesible para cualquier lector, incluso a quien no sea demasiado aficionado a las novelas «de guerra».
Cabe también destacar el valor que supone rescatar del olvido un episodio de valor extraordinario. Y, además, haber sabido narrarlo con rigor y sensibilidad. Hay que aplaudir a Olivier Norek por haber logrado un equilibrio poco común entre la literatura y la historia real. Muy recomendable.
