LOS RELATOS BREVES DE J.M.RASKAVICH

De nuevo me equivoqué con mis suposiciones. Cuando empecé a leer Los relatos breves de J.M. Raskavich (Ed. Círculo Rojo) pensaba que me iba a encontrar con una selección de cuentos breves. En realidad, lo que escondía este libro era algo mucho mejor.

Se trata de un compendio de reflexiones, ideas e historias personales escritas en un tono muy ameno y con una buena dosis de ironía. No existe ningún orden en los relatos, aunque es fácil detectar un hilo común en todos ellos.

No voy a ser capaz de juzgar este libro con la imparcialidad debida porque estoy de acuerdo prácticamente en todo lo que se dice en él. Bueno, digamos que en un 95%. Parece como si el autor hubiera sido capaz de expresar, con más gracia y estilo de lo que yo sería capaz, muchos de mis pensamientos acerca del mundo que nos ha tocado vivir, la sociedad y los individuos que formamos parte de ella.

Admiro al Sr. Raskavich (me pregunto de dónde vendrá ese pseudónimo) por su lucidez. También por su valor a la hora de exponer las estupideces e incoherencias de nuestra civilización, señalando a los que desde que el mundo en mundo se encargan de sembrar cizaña, cometer abusos y engañar a la gente en su propio beneficio. Y en esta categoría podemos incluir a muchos que, con total desfachatez, tratan de seguir haciendo lo mismo mientras intentas convencernos de que han venido a salvarnos.

También comparto al cien por cien las opiniones del autor sobre la perversión del sistema económico en el que estamos inmersos. Un modelo que castiga al trabajador vía impuestos y premia al parásito. Un juego trucado en el que siempre acaban perdiendo los mismos.

«Los espacios políticos, alimentados por ilusos y por estómagos agradecidos, están perfectamente ocupados por los de siempre»

Estos relatos son también la demostración práctica de que se pueden abordar temas muy profundos a través de un lenguaje sencillo y desde una mirada humilde. No hacen falta grandes tratados filosóficos ni sesudos estudios sociológicos. A veces es suficiente con saber observar, intentar aprender de todo y de todos y, finalmente, aplicar sentido común.

Todas las opiniones e ideas, algunas de ellas bastante controvertidas, aparecen expuestas con claridad, pero con comedimiento. Incluso diría que con un sorprendente optimismo y una inexplicable fe en el ser humano. En todo caso, todo el contenido viene suavizado por una fina pátina del humor, que como todos sabemos es la máxima expresión de la inteligencia.

Raskavich nos confiesa en su libro que es ya un señor mayor, con sus achaques y sus manías. Sin embargo, todo lo que nos cuenta es fresco y atractivo. Una lectura diferente que ha resultado ser una muy agradable sorpresa.

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