Viajes, letras, reporterismo, aventura… Los diarios del opio (2023), de David Jiménez, pertenece a esa categoría de libros fascinantes que nos permiten recorrer el mundo viajando a través de sus páginas. Lecturas para descubrir, aprender y soñar. En la senda de los grandes periodistas viajeros como Ryszard Kapuscinski o Javier Reverte.
Cada uno de los diez capítulos del libro está dedicado a un autor y a un país o región de la misteriosa Asia. Todos esos hombres y mujeres de letras, tan distintos unos de otros, tienen en común el hecho de haberse lanzado a viajes inciertos y peligrosos en busca del exotismo de Oriente. Y todos ellos, de una u otra forma, acabaron atrapados en sus redes.
Joseph Conrad y Borneo, George Orwell y Birmania, Rudyard Kipling y la India, Graham Greene y Vietnam… Cada uno vivió su aventura oriental de un modo distinto, aunque con similar intensidad. A veces, demasiada. Sirva para ilustrar esto la cita de Somerset Maugham que el autor incluye en el primer capítulo:
«Algunos de nosotros buscamos el Camino en el opio y otros en Dios, algunos en el whisky y otros en el amor. Es todo lo mismo y no conduce a ninguna parte».
Se da la paradoja, como bien reflexiona el autor, de que todos los viajeros occidentales acaban orientalizándose al mismo ritmo que las regiones y países de Oriente se esfuerzan por occidentalizarse. Un curioso fenómeno que, todavía hoy, los turistas más cultivados y observadores pueden constatar.
David Jiménez es un escritor lo suficientemente inteligente como para no caer en la trampa de juzgar otras culturas y otras épocas (me gusta su reflexión acerca de los males del colonialismo perpetuados tanto por las democracias como por las dictaduras de los países «liberados») y lo bastante honesto como para atreverse, por ejemplo, a cuestionar el mito de Manu Leguineche, cuyas aventuras y viajes se ponen en entredicho. Bueno, solo alguna de ellas.
Para añadir todavía más interés a su obra, el autor adereza cada capítulo con datos, anécdotas y experiencias propias (David Jiménez ha trabajado durante muchos años de su vida como corresponsal en diversos países de Asia) que vienen a complementar las biografías de cada escritor y el escenario de sus vivencias. Todo combinado da como resultado una lectura amena e interesante. Para disfrutarla de principio a fin.
Otro gran punto a favor de Los diarios del opio es que es uno de esos libros que contiene numerosas referencias a tantos otros libros que, sin duda, hay que leer. Más títulos para esa larga lista de lecturas pendientes… ¿Qué más podría pedir un humilde y voraz lector como yo?
La sordidez de los burdeles y los fumaderos de opio, la exuberancia de las selvas con sus tesoros escondidos, la atmósfera artificial de los clubes coloniales y los hoteles en zona de guerra… Estos son algunos de los escenarios que nos esperan en este libro que francamente recomiendo.
Por último, es obligado dar las gracias a Babelio España y su iniciativa de Masa Crítica por hacer llegar este maravilloso libro a mis manos.
Que libro tan atípico, me recuerda que tengo en pendientes «El corazón de las tinieblas» hace una vida…
Se ve interesante me lo apunto para cuando tenga más contexto sobre el tema. ¡Saludos!
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Hola Noctua,
Es un libro muy interesante, de esos que te anima a leer y a viajar.
Un saludo.
Daniel
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Muy interesante. Gran cita de Somerset Maugham. Me has dejado intrigado con lo de Manu Leguineche. Otra reseña genial. Saludos 🙂
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Hola Juan,
No quiero contar más de lo necesario sobre lo de Manu Leguineche. El capítulo de Filipinas está dedicado a él. Ya sabes que se le considera en gran padre del reporterismo en España, una figura admirada e imitada por muchos. El autor sugiere que algunas de sus historias están (digámoslo así) excesivamente adornadas.
Saludos
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Esos «adornos» parecen costumbre en la profesión. Leeré el libro. Saludos 🙂
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Recorrer el mundo viajando por un libro es una premisa que invita a leerlo de por sí. Que cada uno de los capítulos esté dedicado a un autor y a un país o región lo hará más atractivo y ágil de leer supongo. Pero si además se trata de autores como Joseph Conrad y Borneo, George Orwell y Birmania, Rudyard Kipling y la India, Graham Greene y Vietnam… para qué esperar más a leerlo.
Excelente post. Agradezco que lo compartas.
Te invito a comentar mi último relato:
https://marcosplanet.blog/el-visitante-sin-nombre-relato-breve/
Muchas gracias de antemano.
Saludos.
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Hola Marcos,
Pues sí, una lectura inspiradora. Paso con mucho gusto por tu blog (del que ya me he convertido en visitante asiduo)
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Me parece muy interesante. Tomo nota. Abrazos
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