Aunque todos pensemos que somos únicos e irrepetibles, la verdad es que los lectores tenemos más o menos las mismas manías, dudas y preocupaciones: acumulamos más libros de los que somos capaces de leer, estamos en permanente búsqueda de nuevos títulos, a veces nos debatimos entre el papel y el libro digital (cuyas ventajas se explican muy bien en Punto Didot) y nos planteamos constantemente la misma pregunta: ¿qué libro leo ahora?

Escoger nuestra siguiente lectura es un asunto muy serio. Lamentablemente, no hay una fórmula perfecta que pueda servir para todo el mundo. Hay gustos muy diversos, y no solo en cuanto a géneros y autores. Por ejemplo, hay quien no se atreve con volúmenes de más de 400 páginas, o quien descarta a los autopublicados (lo cual es un error, como no me canso de repetir en este blog).

Sin embargo, sí hay algunos consejos e indicaciones que nos pueden ayudar mucho en esta tarea. Puede que algunos sean más apropiados para un tipo de lector que otros, pero todos pueden resultarnos útiles en algún momento. Allá van algunas sugerencias:

Descartar y filtrar

Antes que nada, hay que afrontar una realidad no siempre fácil de digerir: no vamos a tener tiempo material en nuestra vida para leer todo lo que queremos leer, por lo cual no tenemos más remedio que ser muy selectivos.

Dicho de otro modo: hay que descartar. Tenemos que aplicar filtros y estrechar el cerco. Por ejemplo, seleccionar los géneros que más nos interesan o librarnos de la «obligación» de leer ese libro que todo el mundo dice que es imprescindible y que a nosotros no nos llama la atención.

Buscar inspiración en otros lectores

Esto es algo que muchos de nosotros hacemos. Con toda la razón del mundo, cada vez son más los lectores que huyen de las promociones de los grandes grupos editoriales, las novelas de moda y los autores prefabricados. Es mejor olvidarse de todo eso y buscar recomendaciones honestas y argumentadas.

Los recursos a nuestro alcance son diversos. Desde el boca a boca entre amigos o compañeros de trabajo hasta las opiniones que podemos encontrar en foros de internet, podcasts o blogs de reseñas (como este). Yo mismo he tenido la fortuna de descubrir lecturas muy interesantes por estos medios, por lo que he acabado siendo un visitante asiduo de ellos.

Tener la mente abierta a nuevas lecturas

Sin entrar en contradicción con la idea de filtrar, muchas veces los lectores somos víctimas de nuestros propios prejuicios y nos cerramos puertas que nos podrían conducir a maravillosas experiencias literarias.

En este sentido, debo insistir en la importancia de dar una oportunidad a los autores autopublicados y, aunque no todas son iguales, reconocer el buen trabajo de algunas de estas plataformas de autoedición. Al contrario de lo que mucha gente piensa, no se trata de autores y libros «de segunda» sino de propuestas que, por diversas razones (casi siempre, la falta de un buen padrino), no han podido acceder al circuito editorial tradicional.

Editoriales de referencia

Por último, es justo mencionar esas editoriales que se atreven a navegar por aguas menos transitadas, lejos del fragor a menudo artificioso de los best sellers y de las corrientes de moda. Los lectores más atrevidos encontrarán en ellas tesoros escondidos con los que enriquecer sus almas.

Por eso de vez en cuando me dejo caer por la web de editoriales como Nórdica, Sajalín o Impedimenta. También en los catálogos de autoeditados en busca de nuevas lecturas y agradables sorpresas. Cada cual tiene sus rincones secretos. ¿No es así?