Con motivo del centenario de la Primera Guerra Mundial se están publicando muchos libros que repasan o tratan de explicar el origen y desarrollo del que en su día fue mayor conflicto bélico conocido hasta el momento.
También se han sacado del polvoriento baúl de los recuerdos algunas novelas contemporáneas, como esta: Sin Novedad en el Frente (Im Westen nichts neues), publicada en 1929.
No sería correcto calificar este libro en la categoría de «novela bélica», como he podido ver por ahí, porque en realidad se trata de una novela profundamente antibelicista, sin que detrás haya ninguna intención ideológica o política, más allá de contar la locura de una guerra que a lo largo de cuatro largos años se cobró la vida de millones de personas, destruyó naciones enteras y, en opinión de muchos, marcó el inicio del declive de Europa en el concierto mundial.
La guerra en primera persona
Si bien es cierto que Erich Maria Remarque, cuyo nombre real era Erich Paul Remark, combatió en la Primera Guerra Mundial en las filas alemanas y vivió situaciones parecidas a las que vive Paul Bäumer, el protagonista de su obra, Sin novedad en el frente está lejos de ser una novela autobiográfica.

Sin embargo, es lógico pensar que Remarque reflejara en las páginas de su libro muchas de las terribles experiencias vividas en primera persona o referidas por terceros tanto en las trincheras como en la retaguardia.
El proceso que atraviesa Paul en el relato, desde que marcha alegremente al frente hasta que llega al oscuro punto final, se podría describir, utilizando una expresión vulgar, como «caerse del guindo». Al principio, todo parece una fiesta, una especie de aventura entre amigos, pero poco a poco la terrible realidad de la guerra va mostrando su rostro. Aparecen las privaciones, las enfermedades, el miedo… Se relatan escenas pavorosas de luchas cuerpo a cuerpo, ataques con gas, jóvenes soldados paralizados por el terror o embrutecidos actuando como animales salvajes, muriendo sin sentido y a veces después de un prolongado e inútil sufrimiento, como Kemmerich.
«Ahora está completamente solo, con su pequeña vida de diecinueve años, y llora porque lo abandona. Es la agonía más dolorosa y conmovedora que jamás he presenciado».
Pero el personaje que queda peor parado en Sin novedad en el frente es sin duda el viejo profesor del grupo de estudiantes del que forma parte Paul, el mismo que llena sus cabezas con delirios de gloria, patriotismo y grandeza, que les anima a alistarse y quien, a fin de cuentas, les enviará a morir.
«Con nuestros ojos juveniles muy abiertos, vimos que el concepto clásico de Patria, tal como nos lo habían inculcado nuestros maestros, conducía aquí, a un despojo de la personalidad como nadie se hubiera atrevido a exigir al criado más humilde.»
Cine y censura
Existen dos adaptaciones cinematográficas de Sin novedad en el frente. No he visto ninguna de las dos, así que no puedo opinar. En cualquier caso, para mí la gran película sobre la locura de la guerra de trincheras en la Primera Guerra Mundial sigue y seguirá siendo Senderos de Gloria (1957), de Stanley Kubrick, basada a su vez en la novela homónima de Humphrey Cobb.
Una pequeña digresión: Senderos de Gloria es una de mis películas favoritas, de esas que uno ve decenas de veces y que nunca se cansa de volver a ver. Obra maestra con mayúsculas.
Resulta curioso que tanto Sin novedad en el frente como el film de Kubrick fueron censurados en su día: la primera por la Alemania de Hitler (miles de ejemplares del libro ardieron en las hogueras públicas nazis), y la segunda por Francia ¡hasta el año 1972!
Las razones aducidas para su prohibición son muy similares, lo cual no deja de ser inquietante: su mensaje anti-belicista, que las autoridades interpretaban como un mensaje subversivo y anti-patriótico. No cabía esperar otra cosa de un régimen totalitario y criminal como el del III Reich, pero no de una república democrática y supuestamente liberal como la francesa. Da que pensar.
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Junto con ADIOS A LAS ARMAS, la mejor novela sobre la I Guerra Mundial. Y coincido en tu recomendación de SENDEROS DE GLORIA.
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Bueno, sin olvidarnos de LA CAIDA DE LOS GIGANTES, claro.
Saludos desde El Vendrell.
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Hola Josep,
Todas las que mencionas son grandes obras. Haces bien en ponerlas en mayúsculas.
Saludos.
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