Asesinato en el Comité Central (1981) no sólo es la quinta novela de la serie Carvalho, sino también una obra en la que Manuel Vázquez Montalbán exhibe su conocimiento sobre los entresijos del PCE (Partido Comunista Español), un partido que en la época en que fue escrita la novela vivía un momento muy peculiar, habiendo abandonado hace poco la clandestinidad y buscando su sitio en la nueva España post-franquista.

Está claro que Vázquez Montalbán, que militó en el PSUC (Partit Socialista Unificat de Catalunya), llegando a formar parte de su Comité Central, sabía de lo que hablaba.

Tanto la historia como los personajes son completamente ficticios y no están inspirados en hechos o personas reales, pero es evidente que quien conozca bien la España de la Transición y en concreto el devenir del PCE encontrará muchos guiños y lecturas entre líneas.

Política y novela negra

En casi todas las novelas de Vázquez Montalbán está presente la crítica social con numerosas alusiones al mundo de la política, pero en ninguna de ellas el autor se mete tan de lleno en la cuestión como en esta, aunque aquí más que política deberíamos decir «el juego político». De eso va en realidad Asesinato en el Comité Central, a pesar de su título con reminiscencias de Agatha Christie.

El inicio de la novela no puede ser más prometedor: durante una reunión del Comité Central del Partido Comunista de España de repente se apaga la luz. Momentos después, la corriente eléctrica regress con una sorpresa: el secretario general, Fernando Garrido, aparece asesinado. Carvalho, ex militante del partido y buen conocedor del mismo,  acepta el encargo de sus antiguos compañeros para resolver el crimen. Por descontado, no seré yo quien revele aquí la identidad del asesino y sus motivos.

Sí contaré que a Santiago Carrillo, verdadero secretario general del PCE en aquellos momentos y «camarada» de Vázquez Montalbán, no le hizo ni pizca de gracia la broma: «Sentí la novela como una auténtica puñalada. La que recibió Fernando Garrido iba políticamente dirigida contra mí», llegó a declarar.

En mi opinión, lo mejor de esta novela es que el lector puede disfrutar de toda la acción y la intriga clásicas de las aventuras de Carvalho y al mismo tiempo pasear por las calles del Madrid de finales de los 70, cuyo panorama político, social e incluso anímico aparece dibujado con maestría por  parte del autor. Una pequeña contribución de Manuel Vázquez Montalbán a la historia contemporánea de nuestro país, contada de forma magistral aunque siempre desde un punto de vista subjetivo.

Para los fans de Carvalho esta es además una novela capital, pues en ella se revelan algunos aspectos de gran importancia de la biografía de este carismático personaje: su militancia en el PCE, su paso por la cárcel como preso político y las razones de su decisión de abandonar el partido. 

De hecho, hay un poso de crítica y decepción en todo el relato. No en vano el propio Vázquez Montalbán definió en su día a su propia creación en las páginas de El País como «una novela de aventuras, pero también una crítica al sentido religioso de la militancia.»

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