LdM – Esta semana terminé de leer Bajo la bóveda de plata, de Saúl Pomar Salcedo, una autobiografía que es también un llamamiento a la conciencia del lector a través del testimonio personal y la experiencia vital de Mario, alter ego del propio autor.
Saúl Pomar no es el nombre real del escritor, sino un pseudónimo. Después de leer el libro se pueden entender los motivos por los que ha preferido ocultar su identidad.
Este afán por el anonimato se refleja en la omisión intencionada de nombres de ciudades, empresas y otros lugares. En cuanto a los personajes que desfilan por sus páginas, cabe pensar que son todos reales, aunque presentados ante nosotros bajo otros nombres.
En cualquier caso, esto no afecta al objeto del libro. Si bien es cierto que, como dije al principio, se trata de una autobiografía, en realidad el mensaje de Bajo la bóveda de plata es una denuncia contra la sociedad de consumo y el divorcio entre el ser humano y la naturaleza, un cisma que sitúa el futuro de la humanidad y del propio planeta en un horizonte nada halagüeño.
«Era como si en vez del cielo estuviera viendo una inmensa bóveda hecha de una sustancia similar a la plata pulida, una materia que permitía el paso de los rayos de sol pero impedía ver a través de ella».
La novela tiene un inicio muy ágil que engancha enseguida: la vida del Mario niño y adolescente, hijo de una época con la que me sentí fácilmente identificado (si el autor y yo no somos de la misma quinta, la cosa no andará lejos).
Más adelante el relato pierde su fluidez inicial, pero es entonces cuando hay que recordar que no estamos leyendo una novela en sentido estricto, sino una biografía novelada. Saúl Pomar opta por no omitir detalles y episodios vitales que tal vez no tendrían una importancia capital en el desarrollo de una historia de ficción, aunque sí en el repaso a una trayectoria vital.

Después de dar muchos bandazos y caminar por la vida sin un rumbo claro, Mario acaba encontrando su camino. La recuperación del medio rural, la sostenibilidad, los proyectos alternativos, el ecologismo… Hay mucho trabajo por delante, pero también mucha fuerza e ilusión. Mario conoce a muchas personas en el camino, buenas y malas. También descubre las maravillas y las miserias del activismo y la política. Pero de cada experiencia él extrae un aprendizaje y nuevos motivos para seguir adelante.
El idealismo de Mario es el motor que le impulsa a avanzar, aunque a veces de forma paradójica actúa también como una especie de lastre. No importa, al final todos nosotros acabamos viviendo la vida que elegimos, asumiendo las consecuencias.
Hay algunos otros temas secundarios (el alcoholismo, los malos tratos) que también son tratados en Bajo la bóveda de plata. En mi opinión de forma muy valiente, pero con elegancia, sin caer en detalles morbosos e innecesarios.
Tal vez la palabra más adecuada para definir esta obra sea honestidad. Es fácil, a la hora de escribir una autobiografía, caer en la justificación de uno mismo y de sus propios actos, cuando no directamente en el auto-elogio (de todo se ha visto).
En cambio, en Bajo la bóveda de plata no encontramos nada de todo eso: no encontramos en Saúl Pomar ni un gramo de autocomplacencia, ni intención alguna de «aleccionar» o deslumbrar a quienes le leen. Como mucho se puede percibir el apasionamiento del autor hacia su propio proyecto vital, que algunos podrán no compartir o incluso no entender, pero que representa una lucha que sin duda se hace merecedora del respeto del todos los lectores y que incluso puede resultar muy inspiradora para muchos de ellos.
Puedes comprar la novela en este enlace: BAJO LA BÓVEDA DE PLATA