PAVANA, Keith Roberts

Imagina que la Armada española no hubiese sido destrozada por las tormentas en 1588 y hubiera conseguido su objetivo de invadir Inglaterra. ¿Cómo sería el mundo resultante de este radical cambio de rumbo? Esa posibilidad es la que plantea Keith Roberts en su obra Pavana (1968).

Hay otra novelas que exploran esta sugerente posibilidad, como la entretenida Britania conquistada de Harry Turtledove, que pretendo comentar en una futura reseña. Sin embargo, en Pavana no se analiza ni la conquista ni los sucesos que la rodean, sino que viajamos hasta el siglo XX de este mundo alternativo, donde las cosas son muy diferentes a como las conocemos.

Pavana es un corpus de seis relatos más o menos interrelacionados más una coda. Estos relatos fueron publicados de forma independiente en una revista llamada SF Impulse. Todos ellos están escritos con un estilo pulcro, presentando al lector curiosos escenarios de esta historia alternativa con deliciosos toques steam punk.

Los seis relatos

La narración se inicia con «Lady Margaret», una triste historia de amor imposible entre Jesse Strange, el maquinista y una mujer que nunca le va a corresponder. De fondo, la tecnología decimonónica que hace posible el funcionamiento del tren de transporte y la inquietante presencia de los routiers, la plaga de bandoleros que azota la campiña inglesa.

El siguiente relato, «El señalero», es en mi opinión, el mejor de todo el libro. La historia se cuenta desde el final y sirve de excusa para explicar el sistema de telecomunicaciones de este mundo alternativo en el que no existe internet, ni teléfono. En realidad, no solamente aquí, sino en todo el libro, Keith Roberts se ocupa más de crear atmósferas que de contar historias.

A continuación, en «Hermano John», se narra la aparición de las grietas en esta Europa dominada con mano de hierro por la doctrina católica desde Roma, caput mundi. Una chispa que desatará el gran incendio.

«El barco blanco» y «Damas e Hidalgos» (donde se presenta la analogía entre el curso de la Historia y el baile de la pavana) son cuentos algo más flojos, pero necesarios para entender el significado de toda la obra y que todas las piezas encajen. De este modo llegamos al clímax, el momento del desafío a Roma: «El paso de Corfe», un relato emotivo y lleno de fuerza, que deja las puertas abiertas a una nueva era en la que los días de oscuridad parecen por fin quedar atrás.

La Coda

Pavane habría recibido un aluvión de elogios en el mundo anglosajón de no ser por esa incómoda coda que remata la obra. Durante los seis relatos se nos presenta a una Inglaterra estancada (algunos topónimos todavía tienen nombres en latín), dividida y sometida, donde no han tenido lugar el desarrollo económico ni la prosperidad derivada de la Revolución Industrial. Una nación agraviada. Sin embargo, en el último fragmento se revela una justificación:

La Iglesia sabía que era imposible detener el Progreso, pero demorándolo, aunque no fuese más que medio siglo, dándole al hombre el tiempo necesario para elevarse un poco más hacia la verdadera Razón«.

Dicho de otro modo: la Iglesia torturó y asesinó, sometió naciones e impidió el desarrollo de la ciencia. A cambio, en esta ucronía no se han producido los desastres bélicos del siglo XX y el hombre no ha alcanzado aún la capacidad de autodestruirse como especie. Queda en manos del lector valorar qué escenario es mejor.

La coda parece ir a contracorriente de todo el relato, lo cual puede es ciertamente confuso y que para un lector inglés incluso ofensivo. Tal vez esa sea la razón por la cual en la Wikipedia en inglés se califica a esta coda de «innecesaria». Sin embargo, si el autor la quiso añadir sería por alguna razón.

3 comentarios en “PAVANA, Keith Roberts

Deja un comentario