EL HOMBRE QUE PASEABA CON LIBROS, Carsten Henn

Yo no sabía qué era exactamente eso de «novela feel good» hasta que cayó en mis manos El hombre que paseaba con libros (2020), de Carsten Henn. Ahora veo que esa etiqueta se corresponde más o menos con la de libro bonito, casi un cuento, donde todos los personajes son enternecedores.

Bueno, tal vez esto que he escrito ya desanime a más de uno a atreverse con esta novela que fue un best seller en Alemania hace un par de años. Espero que no sea así, pues se trata de una lectura con muchas cosas positivas que vale la pena señalar.

El protagonista es Christian Kollhoff, un encantador anciano que vive solo y que adora los libros. Su trabajo (su vida) consiste en llevar los libros encargados desde la librería «A las puertas» a unos clientes muy especiales. Para Carl, estas personas son su única conexión con el mundo. Y ese mundo está a punto de desmoronarse debido a que su futura jefa está decidida a despedirle. Pero todo cambia cuando una niña llamada Shasha se cruza en su camino.

La relación entre Carl y Shasha cautiva desde el primer momento. Es la base de la historia. Pero hay mucho más en Der Buchspazierer. En sus páginas nos encontramos un sentido elogio a los libros como poderosas armas para el alma, más que para el intelecto.

«Leer no te convierte en un intelectual. Comer tampoco en un gourmet. Leo de forma egoísta, por placer, por amor a una buena historia, no para saber más del mundo»

Carsten Henn

También hay un montón de guiños literarios, como los evocadores nombres con los que Carl bautiza a su heterogénea clientela: Darcy, Hércules, la Sra. Calzaslargas, el Doctor Fausto… Entre una cosa y la otra, la lectura es entretenida. Fluye contada casi como un cuento de hadas, hasta que se precipita en la previsible tragedia… Ahí es donde en mi opinión todo se tuerce y la novela, hasta ese momento es íntima y encantadora, se transforma en una especie de guion de telefilm de sobremesa.

«Pensó que el papel estaba hecho de carbono, como los seres humanos. Los libros y las personas estaban hechos de la misma materia»

Es una pena. El desenlace es poco creíble, con un final feliz demasiado forzado y artificial. En mi opinión, una solución que estropea una narración que partía de una idea original y atractiva.

Supongo que yo no soy nadie para cuestionar el gusto literario de tantos miles y miles de lectores alemanes, o tal vez mi desencanto se explica simplemente por el hecho de que este no es precisamente mi género favorito. O incluso puede que, como lector talludo que ya soy, me falte un poco de imaginación y de voluntad para «creer en la magia», ya que, como bien se dice en la novela:

«Creer requería mucho esfuerzo, a diario. Porque la vida real tiende a contradecir la fe».

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s