Cada año recibo muchos mensajes de escritores independientes y autopublicados que me hacen llegar sus creaciones (hay mucho talento por ahí) para pedirme una reseña y algo de ayuda en forma de promoción. También hay quienes han terminado su obra y tienen dudas acerca de cómo publicar. Muchos de ellos se plantean esta pregunta: ¿Es la autopublicación una buena opción?

Seamos realistas: Enviar nuestro manuscrito a una editorial y esperar que esta se interese en él, es pecar de ingenuidad. En la mayoría de los casos, ni siquiera vamos a recibir una respuesta. El mundo editorial parece cerrado a los escritores independientes que no tienen «padrino». Pero en los últimos años la autopublicación se ha convertido en una posibilidad real de llegar al público. Y, en no pocos casos, ha sido también un camino hacia el éxito: una vez que se logra cierta popularidad, son las propias editoriales las que buscan a los escritores, no al revés. Casos como el de Amanda Hocking o, en el caso de España, de Esteban Navarro, son realmente inspiradores.

Pero como todo en esta vida, autopublicar un libro tiene sus ventajas y sus desventajas. Es bueno conocerlas antes de optar por este camino:

Ventajas de la autopublicación

• El autor decide sobre qué escribir y cómo administrar su tiempo. Sin prisas, ni plazos de entrega, ni condiciones. Libertad total.
• El autor se queda con la mayor parte de los beneficios o regalías. En cambio, publicando con las editoriales, el escritor apenas recibe el 10% de las ganancias.
• La decisión de contratar servicios externos como la corrección (recomendado), la maquetación o el diseño de la portada es exclusiva del autor.
• El autor decide todos los aspectos relativos a la promoción de la obra a través de redes sociales, blogs y otros medios.

Desventajas de la autopublicación

• Las tareas técnicas pueden ser un engorro, pues se necesita tiempo y ciertos conocimientos para corregir, editar, obtener el ISBN, gestionar los derechos de autor, diseñar las tapas y la portada, escribir la sinopsis, etc. Es mucho trabajo.
• También hay que aprender a dominar el funcionamiento de las plataformas donde vamos a publicar, como por ejemplo Amazon. También esto requiere tiempo, sobre todo si queremos evitar errores y defectos que pueden acarrear malas opiniones y reseñas negativas.
• Todo el trabajo de difusión y promoción, un aspecto fundamental, recae sobre el autor. Hay que crear una estrategia en redes sociales, contactar con reseñadores, intentar salir en prensa, etc. Para eso hace falta tiempo, constancia y algo de fortuna.

Poniendo en la balanza los pros y los contras, la cosa queda en empate. Son puntos en los que coinciden casi todas las personas que han probado suerte con la autoedición y con las que he podido hablar todos estos años. Para algunas, ha valido la pena realizar ese esfuerzo adicional para aprender a lidiar con todas estas tareas que van más allá de la labor literaria; en cambio, para otras el balance ha sido francamente negativo.

Editoriales de autoedición, ¿valen la pena?

Existe una manera de mantener todas las ventajas de autopublicar y, al mismo tiempo, evitar sus desventajas. Es la solución intermedia: recurrir a editoriales especializadas en la autopublicación.

Estas empresas (tal vez no sea correcto llamarlas editoriales) se encargan de gestionar todos los aspectos técnicos y administrativos, además de ofrecer un plan de promoción efectivo y correctamente orientado. Vamos, todo eso que los escritores odian hacer. Con su ayuda vamos a poder publicar nuestro libro con un nivel de calidad aceptable sin volvernos locos.

Obviamente, todos estos servicios son de pago, pero vale la pena invertir en ellos. Además, hay mucha flexibilidad a la hora de escoger lo que queremos hacer y lo que no.

Como ya imaginarás, no todas las editoriales de autopublicación que encontramos en internet son de fiar. La clave del éxito radica en el hecho de confiar nuestro libro, esa obra a la que hemos dedicado tanto tiempo y tanto cariño, a una de las buenas. No hay dejarse llevar por cantos de sirenas, por muy aparentes que sean sus webs y muchas «opiniones reales» que aparezcan en ellas. ¿Cuáles son las mejores? De eso hablaremos en una próxima entrada.