HE AQUÍ EL HOMBRE, Michael Moorcock

06Durante una época de mi vida me dediqué a devorar uno tras otro cuantos libros de ciencia ficción cayeron en mis manos. Para que no se me escapara nada me imprimí una lista de los premios Nébula, que son algo así como los Oscar de la literatura del género, y así fue como llegué a He aquí el hombre (1969), de Michael Moorcock, un libro extraño y fascinante ante el cual resulta imposible permanecer indiferente.

No es de extrañar que Behold the man sea una novela rara, porque su autor es un tipo bastante peculiar. Moorcock ha sido músico, escritor, editor y anarquista en sus ratos libres. Principalmente ha cultivado el género de la literatura fantástica, con algunas exitosas incursiones en la ciencia ficción como la que nos ocupa hoy.

Un apunte importante: esta novela fue escrita en 1967 y publicada dos años después, es decir, más de 15 años antes de que el inefable J.J. Benítez lanzara la primera entrega de la saga Caballo de Troya. Lo digo porque el punto inicial de ambas novelas es sospechosamente parecido, aunque para ser honestos hay que decir que más adelante las historias divergen.

En busca del Jesucristo real

Un viajero de nuestra época viaja en el tiempo hasta la Galilea del año 28 d.C. Su nombre es Karl Glogauer, un tipo del siglo XX que no tiene nada que perder y se presta a ser el conejillo de indias en esta misión.

La máquina del tiempo, de forma esférica, queda destrozada por la violencia del viaje. También Karl se encuentra gravemente herido y aparentemente sin posibilidad de regresar a su época. La cosa pinta francamente mal, pero Juan Bautista y un grupo de esenios que han presenciado su aparatosa llegada y que lo toman por un poderoso mago, se encargan de acogerle y cuidarle. Desorientado y enfermo, Karl no entiende qué esperan de él aquellos hombres que le hablan en un idioma incomprensible.

He aquí el hombre

La «misión» de Karl es en realidad la de encontrar a Jesús de Nazaret, certificar su existencia y determinar cuánto hay de cierto y de falso en el hombre sobre cuya figura se levantó la religión que transformaría el mundo. Behold the man es la traducción al inglés de la frase Ecce Homo, que aparece en el Evangelio según San Juan (19:5) en boca de Poncio Pilatos, cuando éste muestra a Jesús ante la muchedumbre.

No puedo contar más sin destripar la historia. Suceden muchas más cosas que nos conducen hasta el inevitable desenlace, un final que se ve venir pero que resulta al mismo tiempo sorprendente (hay que leer la novela para entender esta aparente contradicción) y que en cualquier caso nos deja con una sensación amarga e incómoda.

He aquí el hombre
Michael Moorcock (Londres, 1939)

Para ser leída sin prejuicios

Como cabe esperar, He aquí el hombre es un relato que muchos han considerado irreverente y ofensivo y que ha herido la sensibilidad religiosa de no pocos creyentes. Y es que los «cambios» que introduce Moorcock en la versión canónica de los Evangelios y la compleja personalidad del protagonista (un tipo neurótico, con tendencias homosexuales y, entre otras cosas, un trastorno de personalidad que le lleva a creer que es el Mesías) no son precisamente del agrado de los cristianos más devotos. Sobre todo por fragmentos como este:

«La religión es un producto del miedo. El conocimiento destruye el miedo. Sin miedo, la religión no puede sobrevivir.»

Pero yo recomiendo (a quien los tenga) sacudirse de encima esa clase de prejuicios y lanzarse a disfrutar de He aquí un hombre. Es cierto, se trata de un relato escrito claramente con la intención de provocar, pero eso también puede interpretarse como una invitación a reflexionar, no sobre el Cristianismo en sí, sino en nuestra necesidad espiritual de crear mitos.

En definitiva, en esta novela, como en tantos otros casos, la ciencia ficción es un mero pretexto para acercarse a temas más profundos y complejos (lo de la máquina del tiempo es casi una anécdota aquí). Una novela singular, desconcertante a veces, pero sin duda muy recomendable.

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2 comentarios en “HE AQUÍ EL HOMBRE, Michael Moorcock

  1. Hola, aunque no he leído esta novela, la comparación con la saga de JJ Benítez no me parece demasiado afortunada. No sé por qué hay tantas ganas de acusar a JJ Benítez de plagiador o de cualquier otra cosa. Puede que sea pura envidia.

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    1. Hola Marta,
      Gracias por tu comentario.
      Yo sí he leído los dos libros: He aquí el hombre y Caballo de Troya. No digo que JJ Benítez haya plagiado la idea, sólo que los dos argumentos son sospechosamente parecidos. ¿Envidia? No por mi parte, desde luego.
      Un saludo,

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