QUE SE LEVANTEN LOS MUERTOS, Fred Vargas

9788478448524.jpgLa francesa Fred Vargas (un pseudónimo que descoloca, lo sé) es una de esas autoras que no deja indiferente: o te gusta mucho o la aborreces. Yo soy de los primeros. Tal vez porque el primer libro que leí de ella fue este: Que se levanten los muertos (1995).

Y es que hasta ese momento no había tenido ocasión de comprobar cómo pueden casar el humor y la ironía con la novela policíaca de toda la vida. Algo que, por cierto, maneja con maestría mi venerado Andrea Camilleri.

Debout les morts es la primera entrega de la serie de los tres evangelistas, que debe su nombre a que el trío protagonista está formado por tres jóvenes historiadores más o menos fracasados («con el agua al cuello», como se nos recuerda una y otra vez), que se llaman Marc, Mathias y Lucien.

«Lo único que se le ocurría a un hombre con el agua al cuello era buscar otro hombre también con el agua al cuello. Porque frecuentar a los que han tenido éxito cuando uno ha fracasado en todo a los treinta y cinco años, agria el carácter. Por supuesto, al principio distrae, hace soñar, anima. Después exaspera y por último agria. Suele pasar».

Los tres son bautizados de nuevo como San Marcos, San Matías y San Lucas por el cuarto mosquetero: el tío de Marc, Armand Vandoosler, policía corrupto, jubilado y agudo, que vive con ellos en un cochambroso caserón en la Rue Chasle de París. Al principio, el mote desagrada a los tres compañeros de piso, aunque al final acaban acostumbrándose a él, al igual que a la presencia de Vandoosler.

«No hay nada más fiable que un poli corrupto (… ). Tiene la ventaja de escuchar, intentar averiguar y estar obligado a cerrar el pico. De alguna manera, es perfecto.»

Un árbol que no debería estar ahí

El punto de partida de la novela es un árbol que aparece de la noche a la mañana en el jardín de Sophia Simeonidis, la vecina de los evangelistas. Un hecho inexplicable y a la vez un mal presagio. Ella acudirá desesperada a sus recién llegados vecinos (unos tipos extraños pero amables) para que le ayuden a resolver el misterio.

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Frédérique Audoin-Rouzeau , alias Fred Vargas (París, 1957)

Pero la cosa se complica con una desaparición, un asesinato, que será seguido de otros, y la llegada imprevista de Alexandra, la sobrina de Sophia, con un niño pequeño en sus brazos. Los evangelistas, siempre con Vandoosler llevando la voz cantante, se lanzarán a resolver el enigma más por vocación que por necesidad. Al fin y al cabo, como afirma Marc, ellos son historiadores y su oficio no es otro que investigar.

«El historiador no debe negarse a oír nada».

Es cierto que el argumento y la trama son perfectamente asimilables a los de cualquier otra novela del género, pero lo que hace de Que se levanten los muertos una lectura tan entretenida es la personalidad de los personajes, sobre todo los evangelistas, muchas veces caricaturizados.

Los tres evangelistas

Marc es medievalista, Mathias estudia la prehistoria, y Lucien se ha especializado (podría decirse que de forma obsesiva) en la I Guerra Mundial. Cada uno de ellos se instala en un piso de la casa en estricto orden cronológico: Matthias abajo, Marc en el piso intermedio y Lucien arriba. Por último, el viejo Vandoosler se va a la buhardilla.

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Cada uno de ellos desprecia a los otros dos por su incomprensible elección del periodo histórico objeto de sus estudios. Y cada uno tiene sus rarezas: Mathias, que parece vivir a otro ritmo, va desnudo por la casa y habla poco; Marc se mete en los bolsillos todo lo que encuentra; Lucien por su parte es hiperactivo y monotemático (se refiere a las casas de los vecinos como «el frente oriental» y «el frente occidental»). Ellos son la verdadera salsa de esta novela.

Por último, hay que señalar que el título (Debout les morts) está extraído de un artículo de prensa del año 1916 del escritor nacionalista Maurice Barrès, donde narra en tono épico cómo en la batalla de Verdún un soldado francés se pone en pie entre el barro y el humo y llama al combate a sus compañeros malheridos y agonizantes: «¡que se levanten los muertos!». A esa frase acude Lucien, experto en la Gran Guerra, cuando creen que Sophia podría estar viva.

Conclusión: una novela de misterio diferente, muy entretenida, divertida y fácil de leer, absolutamente recomendable.

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10 comentarios en “QUE SE LEVANTEN LOS MUERTOS, Fred Vargas

    1. Hola Juan Carlos,
      Estoy completamente de acuerdo con lo que dices, sobre todo en lo de sus personajes, que son de los que dejan huella. Sin embargo hay gente que detesta a esta escritora (doy fe, he conocido a más de uno). No lo entiendo.
      Saludos.

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  1. Dices que están los lectores que la adoran y los que la aborrecen. Hay una tercera categoría: quienes la aborrecen y la adoran a partes iguales. Yo la leo con mucho placer, pero cuando los trucos del oficio se le notan demasiado, o se saca demasiados conejos de la chistera, me suele molestar. He leído ya tres novelas de ella, diciéndome siempre «esta es la última». Pero no lo es. Suelo leerlas cuando quiero relajarme y dejarme llevar a un mundo que sé que es literario, sin más. Un saludo, Daniel.

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