NUDOS Y CRUCES, Ian Rankin

615AwbPynpLAunque ya había oído hablar del inspector John Rebus, nunca había leído nada de este personaje. Fue después de la recomendación de mi amigo David (que nadie deje de visitar su interesantísimo blog) cuando me animé a descubrir esta famosa saga policíaca.

Y  como soy una persona ordenada, decidí empezar por el primer título, que reseño aquí: Nudos y Cruces (1987), de Ian Rankin.

Nos encontramos con Rebus y sus compañeros participando en la investigación de una serie de secuestros y asesinatos de niñas en la ciudad de Edimburgo, Escocia. Un caso que mantiene a la policía completamente en jaque.

Nuestro inspector no es ni mucho menos el líder de la investigación, sólo un poli más de la comisaría, y no precisamente bien valorado por sus superiores.

Rebus es uno de esos personajes con los que el lector empatiza casi desde el primer momento: fumador, bebedor, inseguro, torpe, imperfecto, con una desastrosa vida personal… Un tipo que además lee, y que tiene a Crimen y Castigo de Dostoievski entre sus libros favoritos. «La obra más moral de la literatura mundial», utilizando sus propias palabras.

Es también un hombre que carga a sus espaldas con un pasado oscuro en las SAS (fuerzas especiales del ejército británico) que ha decidido olvidar. En definitiva, un héroe muy humano.

«Rebus se recordó a sí mismo que debía dejar de rezar. Quizás si lo hacía, Dios captaría la indirecta y dejaría de ser tan cabrón con uno de los pocos creyentes que tenía en este planeta».

Sin pretenderlo, se convertirá en la pieza clave de la investigación al ser el receptor de mensajes anónimos acompañados de extrañas señales como nudos hechos con hilo de bramante o pequeñas cruces fabricadas con cerillas.

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Calles de Edimburgo

Edimburgo

Se podría decir que el otro gran «personaje» de la novela es la propia ciudad de Edimburgo, que el autor conoce bien y nos muestra utilizando afinadas descripciones e imágenes visuales.

«Edimburgo seguía durmiendo, como desde hacía siglos. Había fantasmas en los callejones adoquinados y en las escaleras sinuosas de las casas de la Ciudad Vieja, pero eran fantasmas de la Ilustración, coherentes y educados.»

No es el Edimburgo de los turistas. Sí, se trata de la misma ciudad, aunque vista con otros ojos. Una mirada más oscura y perturbadora, pero no menos interesante:

«La lluvia de Edimburgo era una maldición; calaba hasta los huesos, impregnaba los edificios empapados y los recuerdos de los turistas. Y duraba días, llenaba los charcos, rompía matrimonios, hacia tiritar, era mortal, omnipresente».

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Ian Rankin

Nudos y Cruces es una historia muy bien contada que se lee de un tirón y que he disfrutado de principio a fin. He leído por ahí que Rankin la escribió como una novela independiente pero que, en vista del éxito alcanzado, se animó a seguir con las aventuras de Rebus, creando así una larga y fructífera saga que arrastra a una legión de seguidores de todo el mundo.

Para acabar, y aunque no soy muy amigo de estas etiquetas, hay que decir también que la serie del inspector John Rebus de Ian Rankin dio pie a la creación de un subgénero que los críticos bautizaron como tartan noir, algo así como «novela negra escocesa».

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5 comentarios en “NUDOS Y CRUCES, Ian Rankin

    1. Gracias Noir! Por tu nick deduzco que eres aficionado a la novela negra 😉 . Yo he descubierto a Ian Rankin hace poco pero ha sido una grata sorpresa.

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