El autor alemán Sebastian Fitzek irrumpió en el mundo literario en el año 2006 con un thriller abrumador y asfixiante: Terapia, novela que se convirtió rápidamente en un sonado éxito de ventas en su país.

Y la verdad es que la historia que se cuenta en esta obra es de las que ponen los pelos de punta y que mantienen al lector en permanente estado de estupefacción.

La vida del prestigioso psiquiatra Viktor Larenz quedó destruida desde el día en el que su hija de doce años Josy desapareció misteriosamente sin dejar rastro. Han pasado algunos años, pero el recuerdo, el dolor y el sentimiento de culpa siguen torturándole.

Ingresado en un hospital psiquiátrico bajo fuertes medidas de seguridad, rememora junto al Doctor Roth cómo, siguiendo el consejo de los médicos, decidió retirarse en Borkum, una pequeña y remota isla del Mar del Norte. El objetivo era olvidarse de todo y encontrar algo de paz.

¿Paz? Nada de eso. La estancia de Viktor en la isla se va a convertir en un infierno de recuerdos, visitas inesperadas y situaciones inexplicables. La curiosidad primero y el instinto de supervivencia después le impedirán alcanzar la tranquilidad que buscaba.

«—Para ser sincero, no sé si hubiera sido capaz de superar todo lo que usted tuvo que soportar.
Viktor soltó una carcajada nerviosa.
—No lo soporté. He muerto. De la manera más cruel que usted pueda imaginar».

Cuando las tormentas interrumpen las conexiones marítimas con la costa, la enigmática Anna Spiegel llamará a su puerta en busca de ayuda: necesita una terapia para dominar su esquizofrenia. Y aunque el Doctor Larenz ya no ejerce, aceptará tratarla después de escuchar su increíble historia.

Ya no cuento más, primero para no destripar la trama y segundo para no confundir más a quienes aún no han leído el libro. Porque todo se complica hasta tal punto que realidad y ficción se entremezclan dejando al lector (y también al pobre Viktor Larenz) completamente desconcertado. El rompecabezas acaba finalmente encajando, cómo no, pero sólo después de llevar la mente del protagonista y del propio lector hasta el límite de lo racional.

Hay muchas cosas buenas en Therapie. Lo primero: una narración fluida y limpia, que cobra agilidad gracias a la estructuración de la novela en capítulos breves. Aunque hay reflexión e introspección, predomina claramente la acción. Imposible aburrirse.

Por otra parte, me parece un acierto la elección de un escenario tan evocador como una isla frisia azotada por el viento y las olas, por mucho que Fitzek se arriesga aquí a caer en algunos tópicos.

Todo en suma se conjunta en una novela muy entretenida que se lee muy rápido y de la que cuesta desengancharse. Yo la tuve en mi mesita de noche y parecía estar llamándome a todas horas. ¿Se puede decir algo mejor de un psicothriller?

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