
Puede que En defensa sublime de la mujer, de Irma Becerra, sea un libro dirigido solamente a lectoras, no estoy seguro. Aun así, me he aventurado a leerlo. Confieso que con ciertas reservas y puede que con algún que otro (inconsciente) prejuicio masculino.
En realidad, este no es un tratado sobre feminismo como yo esperaba, sino más bien un libro de autoayuda dirigido a las mujeres. A pesar de ello, también pueden leerlo los hombres y extraer interesantes conclusiones. Yo soy la prueba de ello.
La obra, editada por Letra Minúscula, se estructura en seis secciones. La primera es introductoria y se centra en repasar el papel de la mujer a lo largo de la historia, generalmente relegada injustamente a la sombra. La última es una mirada hacia el futuro, con una lectura esperanzadora sobre las relaciones entre ambos sexos.
El resto del contenido es un compendio de reflexiones y consejos que, en mi opinión, se pueden aplicar perfectamente a todas las personas, tanto hombres como mujeres. Aunque obviamente, la autora orienta todo a la educación, la actitud y las circunstancias femeninas. Sobre todo a reforzar su autoestima y su autonomía.
Se agradece, en todo caso, el tono positivo y conciliador de este libro, muy alejado de esas posiciones extremas en las que caen algunos sectores del movimiento feminista, donde el hombre es considerado una especie de enemigo a batir.
Aun así, después de leer En defensa sublime de la mujer con mucho respeto y atención, hay algunas cosas con las que no estoy de acuerdo. Por ejemplo la insistencia en culpar al capitalismo de todos los males de las mujeres. ¿Acaso en los experimentos comunistas de siglo XX ellas han dejado de estar en un segundo plano? Además, ¿es que no estaban las mujeres relegadas muchos siglos antes de la creación del sistema capitalista? (*)
Pero esto es solamente una apreciación personal mía. Ha habido en cambio otros aspectos en los que estoy completamente de acuerdo, como en la insistencia en trabajar en la educación (que no adoctrinamiento) de hombres y mujeres por igual como única arma válida para trabajar en un futuro de respeto mutuo y colaboración.
Habrá quien tachará estos mensajes de tibios y poco comprometidos. Yo en cambio agradezco la existencia de libros como este, que huyen del extremismo y del revanchismo. Como si para reparar las injusticias no hubiera otro camino que cometer otras nuevas.
En resumen, debo decir que, dejando de lado algunos detalles, el mensaje central de esta obra me parece muy valioso y constructivo. Soy consciente de que mi punto de vista es el de un hombre, lo cual puede ser motivo de descrédito según ciertas corrientes de pensamiento. Yo en cambio me siento perfectamente autorizado para opinar, puesto que yo también tengo madre, hermana, esposa e hija. Es más, no me importará recomendárselo a todas ellas, pues estoy seguro que lo encontrarían muy interesante.
(*) Es cierto que, como me indica la autora, en la introducción del libro se afirma que se trata de una obra que critica la violencia de la sociedad patriarcal tanto en el sistema capitalista como en el sistema socialista y en cualquier sistema socioeconómico, aunque creo que claramente se hacemás hincapié en el primero.
Me dan mucha pereza esos libros. Y eso que soy mujer.
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Hola Noir. Te puedo entender, este tema es agotador, con todo el mundo opinando en la tele y en internet, a menudo a gritos. Pero debo decir que ( diferencia de otros) en este libro hay cosas bastante interesantes.
Un saludo.
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