Los que saben de ciencia ficción coinciden en afirmar que El fin de la infancia (1954) es la primera gran novela de Arthur C. Clarke, aunque ya había escrito mucho antes de eso.
Una de las razones por las que fue encumbrada en su momento es por aparecer en una época donde el género vivía una etapa dorada, con la fascinación sobre las hipótesis acerca de la vida extraterrestre. También por ser publicada en un momento dela historia en la que el temor a una guerra nuclear que destruyera el mundo era muy real.
Sin embargo, hoy sigue siendo una lectura magnífica, con un argumento atemporal. En mi opinión, probablemente la mejor de este autor. Al menos de las que he podido leer.
La novela arranca con una invasión alienígena pacífica. Los extraterrestres, que serán conocidos como los Superseñores (Overlords en inglés), son en este caso benévolos con los humanos. Ayudan a los perdidos homo sapiens a reconducir su rumbo de autodestrucción, poniendo fin a las guerras e iniciando una edad dorada de progreso y prosperidad.
Los humanos, desconfiados y curiosos por naturaleza, disfrutan de su suerte, pero al mismo tempo se preguntan qué hay detrás de este comportamiento. ¿Por qué los Superseñores quieren ayudarnos? La inquietud crece cuando, tras cincuenta años de presencia en la Tierra, los visitantes deciden mostrar su aspecto físico verdadero a los terrícolas.
Aunque Childhood’s End es un clásico de la ciencia ficción, no me gustaría destripar demasiado de su trama. Seguro que hay muchos aficionados que aún no han leído esta gran novela y desean dejarse sorprender. Si es así, será mejor no seguir leyendo esta reseña.

El núcleo de la trama, la verdadera razón por la que los Superseñores han decidido aparecer en nuestro pequeño planeta, guarda en su interior el gran mensaje filosófico de la novela. El ser humano se encuentra en un callejón sin salida evolutivo. Es necesario que alguien o algo le guía hacia el siguiente paso.
«Durante toda una vida, la humanidad había alcanzado tanta felicidad como cualquier raza puede llegar a conocer. Había sido la Edad de Oro. Pero el oro también era el color de la puesta del sol«
En El fin de la infancia nos encontramos con un mensaje un tanto contradictorio: por una parte, hay una oda al racionalismo y la ciencia, las únicas herramientas válidas para la humanidad para poder trascender y evolucionar. En definitiva, para salvarse de sí misma; por otra parte, hay un lamento por lo que va a costar dar ese paso de gigante: perder parte de la esencia humana, convertirse en otra cosa.
«La utopía había llegado al fin, y no había sido atacada aún por el enemigo supremo de todas las utopías: el aburrimiento«
De hecho, la utopía impuesta por los Superseñores trae consigo una felicidad solo aparente y efímera. La primera parte del proceso. Ellos saben los que es mejor para nosotros y nos tutelarán para dirigirnos a nuestro destino, dejando atrás todo lo que conocemos, todo lo que hemos sido. Nuestros benefactores son también nuestros aniquiladores. Los guías de nuestra metamorfosis.
De este modo, el final de la novela nos ofrece una mezcla entre el apocalipsis y la esperanza, algo difícil de entender, pero que Clarke explica perfectamente en su maravillosa obra.
«Ahora lo entiendo, dijo el último hombre»
En mi opinión, una de las mejores novelas de ciencia ficción de la historia, aunque inexplicablemente no tan famosa como otras del mismo autor. Tu reseña es buena y resume bien el espíritu del libro, pero se me antoja demasiado breve. Claro que extenderse implicaría desvelar muchas de las sorpresas que esconde esta obra. Un saludo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Así es, Andrés. Hay un montón que analizar de esta grandísima novela. Un saludo.
Me gustaMe gusta
No conozco esta novela. Me gusta el punto de partida. Esa década de los cincuenta fue toda una época dorada de la ciencia ficción. Excelente reseña, anoto esta novela para mis próximas lecturas. Saludos 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Juan,
Yo lo leí hace años, peor tengo el recuerdo intacto. Si te gusta la ciencia ficción (la buena, la que te hace pensar), este te gustará. Seguro.
Un saludo!
Me gustaLe gusta a 1 persona