Libro de viajes, poesía, cuaderno de notas, diario… Habría muchas fórmulas a las que podríamos echar mano para definir este libro, aunque ninguna de ellas se ajusta perfectamente a lo que realmente es. Lo que sí se puede decir de Parábolas para volar (Ed. Letra Minúscula, 2023), de Estela Lecea, es que es un libro precioso.
Esta obra plasma por escrito la aventura que su autora emprendió con solamente 22 años. Un viaje al otro lado del mundo, desde La Rioja, en España, hasta Valparaíso, en Chile, para cumplir un sueño: crear su propio vino.
Precisamente el vino y todo lo que este representa es el hilo conductor de este relato de las aventuras de Estela Lecea por tierras americanas, un viaje lleno de emociones y sensaciones que le llevó a recorrer numerosos países: Argentina, Uruguay, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia.
Sin duda el objetivo principal de ese viaje era dar a luz a un vino muy especial, que se llama precisamente Parábolas para volar y que, después de haber conocido esta lectura, apetece mucho probar. Sin embargo, de esta aventura nació también otra criatura que probablemente no figuraba en el guion inicial: lo que la propia autora llama el primer vino-libro de Rioja. «Un libro para bebérselo». Podemos comprar el libro junto al vino en la web parabolasparavolar.com y disfrutar de esta doble experiencia.

Como todos los grandes viajes, también en el que nos relata Estela Lecea, con un lenguaje tan poético y luminoso, tiene algo de viaje interior. Un viaje de descubrimiento y crecimiento personal. La chica que viajó a América en 2016 no es la misma que regresó a tierras riojanas, cargada de recuerdos y de experiencias enriquecedoras.
El lector encontrará en Parábolas para volar una lectura para disfrutar a pequeños sorbos. Personalmente, a mí la parte que más me gustó es la que se centra en la estancia de la autora en tierras chilenas. A sus ojos, todo es maravilloso y mágico, un paisaje que nos fascina y seduce a través de sus palabras. Una invitación a descubrir.
«Este país está tan lejos de todo
que es el último lugar de este mundo,
y en frente de él,
sólo hay otro mundo
que vuelve a empezar»
En definitiva, se trata de vino y letras, una combinación que nunca suele defraudar. Sobre todo cuando la mezcla se elabora con la sensibilidad y la sencillez con la que Estela Lecea demuestra ser capaz. Un brindis por ella.