Entre 2003 y 2006, la peculiar editorial australiana JetLag Travel publicó tres divertidas guías turísticas sobre tres países que no existen: Molvanîa, Phaic Tăn y San Sombrèro. Este curioso remedo de las clásicas publicaciones de Lonely Planet no aporta ni un solo dato útil para el viajero, pero sí le puede proporcionar algunas risas.
Me temo que una «guía turística» de este tipo no habría tenido mucho recorrido en la actualidad. No han pasado ni dos décadas desde su publicación y nos hallamos inmersos en la absurda dictadura invisible de la corrección política, dirigida con mano de hierro por ofendiditos fundamentalistas de piel finísima. De haber visto la luz hoy, sus autores, Tom Gleisner, Santo Cilauro y Rob Stich, habrían acabado irremediablemente «cancelados» por nuestros puritanos de guardia.

Pero, ¿cómo ofender a un país que no existe? Bueno, querer es poder: Molvanîa reúne todos los tópicos negativos de los países de Europa del Este y su larga resaca post-soviética; Phaic Tăn podría ser una parodia en tono de burla de cualquier estado del Sudeste Asiático; San Sombrèro, finalmente, representa un compendio de todo lo ridículo y aberrante de las repúblicas bananeras de América Latina. Sí, definitivamente hay material para sentirse ofendido, si el lector no tiene el suficiente sentido del humor.
Ninguno de estos tres títulos ha sido traducido al español, así que se pueden leer para practicar inglés y, al mismo tiempo, para cultivar un poco esos viejos tópicos y prejuicios occidentales. Este es un breve resumen de lo que nos reservan estas guías turísticas sui generis:
Molvanîa
Molvanîa (2003) – La guía perfecta para descubrir un país «todavía no tocado por la odontología moderna», que se encuentra en algún lugar indeterminado de Europa Oriental.
Su nombre es una extraña mezcla entre Moldavia y Rumanía, aunque parece ser que el país tiene fronteras con Hungría, Eslovaquia y Eslovenia. Y que está expuesto al «viento de Chernobyl».
La bandera de Molvanîa es conocida como Trikolor, pese a que solo luce dos colores. El idioma local es muy difícil de aprender. Entre otras cosas, se distingue porque el artículo varía si el género del sustantivo es masculino, femenino, neutro o un tipo de queso.
Estas y otras locuras, además de curiosos mapas e ilustraciones, son las que enriquecen esta singular guía de viaje. No muy inspiradora, por cierto.
Phaic Tăn
Al calor del inesperado éxito de Molvanîa, los autores atacaron de nuevo un año después con el lanzamiento de Phaic Tăn (2004). En esta ocasión viajamos a un país de Indochina dominado por militares, los cuales sostienen a un rey muy querido que ya ha sido depuesto 25 veces.
Azotado regularmente por el monzón y los terremotos, el paisaje de Phaic Tăn no invita demasiado a pasar unas vacaciones en el país. Y eso que la gente es hospitalaria, aunque muy supersticiosa: por ejemplo, consideran que todos los números menos el 3 y el 6 son números de la suerte; por otra parte, se cree que girar a la izquierda mientras se conduce atrae la desgracia, lo cual da lugar a muchos problemas de tráfico.
La guía de Phaic Tăn está trufada de juegos de palabras en inglés. Un ejemplo: los tres suburbios más importantes de la capital del país se llaman Qic Phuk, Phlat Tiht y Dud Bhonk.
San Sombrèro
Esta delirante trilogía se cierra con San Sombrèro (2006), un país que podría estar en América Central o América del Sur, pero que en todo caso dispone de 362 días festivos al año, sin contar el fin de semana largo de Carnaval.
Resulta complicado viajar a este país sin que nos sorprenda alguna revolución. San Sombrèro ha tenido 17 presidentes en los últimos 10 años. Sin embargo, a pesar de su inestabilidad, presume de tener un alto grado de alfabetización, sobre todo después de la última campaña del gobierno en la que fueron deportados o encarcelados 53.000 ciudadanos que no sabían leer ni escribir.
Los nombres de las diferentes provincias del país son bien curiosos: Maracca, Guacomala, San Abandonio…
A destacar también que los sansombreranos de hoy se enorgullecen de su historia anterior a la llegada de los conquistadores españoles, cuando se desarrolló en sus tierras una civilización muy avanzada, a pesar de no dominar el fuego ni la agricultura.
En resumen, tres lecturas que no nos van a servir absolutamente de nada a la hora de viajar por el mundo, pero con las que podremos entretenernos, siempre que no nos las tomemos demasiado en serio.
Es interesante ver que el éxito de la primera entrega alargó la serie. Hoy parece muy improbable que una editorial publicase algo así, sobre todo en el mundo anglosajón. Ahí llaman «lectores de sensibilidad» a estos modernos censores profesionales que velan por la corrección política de los textos. Ser un «ofendidito» puede ser un negocio muy rentable. Saludos 🙂
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Qué bonito eso de «lectores de sensibilidad».
Un saludo,
Daniel
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No sabía que hubieran hecho una serie. El de Molvania lo compré de segunda mano allá por 2007 y ni siquiera lo pude acabar de leer. Una vez que has vivido en alguna cultura anglosajona detectas rápido su punto de vista de excepcionalidad oculto tras lo que presentan como presunto humor. Es notable que no haya ningún título en la serie que roce tópicos del mundo anglosajón, deja claro cuál es el punto de vista del relato (muy distinto al del hispanohablante). Mientras que, como vi personalmente, en el Sudeste Asiático tienes al turista australiano exhibiendo un comportamiento paralelo al del británico en España. Como también experimenté a posteriori viviendo más de 9 años en el Este de Europa, los anglosajones se autoproclaman expats, mientras que a todos los demás los llaman emigrantes.
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Hola Mariano,
Obviamente, tienes toda la razón. Los anglosajones han retorcido la geografía y la historia a su gusto desde hace siglos, con especial interés en echar por tierra la imagen de España, por cierto. Y después de la II GM nos la han vendido al resto del mundo como la versión oficial.
Lo peor es que en el mundo hispánico, lleno de complejos, les hemos comprado bien la mercancía.
Pero lo de estos libros hay que tomárselo con humor y ya está. Ya que lo mencionas, no estaría mal escribir una guía de viaje al reino Unido y meter todos los tópicos ahí: alcoholismo, arrogancia, balconing en Magalluf, ausencia de dentistas, racismo mal disimulado, jueces con peluca, hooligans, ilustres miembros de la Cámara de los Lores que no salen del armario son pillados haciendo guarradas…
Pero lo cierto es que no todos los british son así. De hecho, hay muchas series de TV británicas bastante ácidas en las que se ríen de ellos mismos. Solo es humor, nada más.
Un saludo,
Daniel
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