Después de alcanzar la fama mundial con su primera novela El Marciano, el escritor estadounidense Andy Weir dio un salto sideral de Marte a la Luna y publicó Artemisa (2017).

Nos vamos a un futuro no muy lejano en el que ya existe un asentamiento humano en la Luna: la ciudad de Artemisa. Con una población permanente de apenas dos mil personas y toda una serie de peculiaridades que la convierten en un lugar único, Artemisa es en el fondo un gran resort turístico para viajeros adinerados.

Las primeras páginas de la novela muestran dos planos en las que se explica la situación de cada una de las cúpulas que forman la ciudad, así como el tren que conduce hasta el centro de visitantes donde se encuentran conservados los restos del aterrizaje del Apolo 11, la primera nave tripulada que alcanzó la superficie lunar. Estos mapas ofrecen una información muy útil para no perderse durante la lectura.

El personaje principal de Artemisa es Jazz, una chica joven que trabaja como porteadora pero que obtiene unos ingresos extras gracias al contrabando (el tráfico de mercancías con la Tierra es constante). Siempre agobiada por falta de dinero, recibe un encargo de uno de sus clientes que la puede hacer millonaria. Una misión de sabotaje que se complicará y destapará otra trama aún más interesante.

La novela es entretenida y la acción no se detiene en ningún momento. En realidad, Artemisa es un thriller que tiene la particularidad de desarrollarse en la Luna. Las únicas pausas en la narración tienen como objetivo dar paso a las necesarias explicaciones científicas relacionadas con la historia y el modo de vida selenita. Explicaciones que, por otro lado, evidencian el ingente trabajo de documentación que hay detrás de la novela.

Para desgracia de Weir, Artemisa permanecerá siempre eclipsada (valga el juego de palabras) por su anterior obra, El Marciano (2015), lo cual no significa que esta no sea una buena novela.

Eso sí, aún reconociendo que me ha gustado, tengo algunas objeciones que hacer a la novela. Se echa en falta alguna reflexión algo más profunda o filosófica, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de una obra de ciencia ficción. El tema del ser humano viviendo lejos de la Tierra da para eso y mucho más, como se demuestra por ejemplo en Los otros dioses, de Isaac Asimov y muchas otras novelas del género.

Tampoco me ha convencido el personaje principal, que por cierto narra la aventura en primera persona: sus continuos chistes y comentarios irónicos me resultaron un poco cargantes. Estas «frases ingeniosas» y «respuestas epatantes» de Jazz parecen seguir los patrones del típico héroe de las películas de Hollywood, capaz de mantener la chulería incluso cuando su vida corre peligro. Pero bueno, puede que esto último sea ya cosa mía.

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