He aquí uno de esos libros que «hacen afición», perfectamente recomendable para quien quiera tener una primera aproximación histórica con la Antigua Grecia.

Fue el periodista italiano Indro Montanelli quien dio con la fórmula, demostrando que la historia puede ser contada de forma divertida sin tener por ello que renunciar al rigor.

En su día Historia de los griegos (1959) fue acogida por los historiadores clásicos con cierto desprecio, probablemente un poco celosos por el éxito de ventas que cosechó.

El propio Montanelli explicó que decidió titular a su libro con el nombre de Storia dei Greci porque, a diferencia de la historia de Roma, esta es una historia de hombres más que de pueblos o naciones.

De hecho, los protagonistas aquí no son los grandes generales aqueos o espartanos, sino el poeta Homero, el filósofo Heráclito, el dramaturgo Aristófanes o incluso el gran arqueólogo alemán Heinrich Schliemann. El objetivo no era escribir una cronología aburrida de sucesos históricos, sino tomar de la mano al lector y transmitirle su fascinación por el mundo griego.

Pasión por la antigua cultura griega

Tuve la fortuna, he de decirlo así, de que este libro cayera en mis manos en mi época del instituto. Para mí supuso el inicio de una historia de amor con la antigua Grecia que aún hoy perdura. De acuerdo, para ahondar en detalles y profundizar en aspectos más áridos de la historia existen libros mejores y más completos, pero ninguno como este para encender la chispa de pasión por la historia.

Leyendo las páginas de Historia de los griegos descubrimos que los hombres y mujeres de aquella época eran muy parecidos a nosotros, con sus aspectos brillantes y admirables, pero también con sus debilidades y miserias. Se nos caen del pedestal algunos mitos, desde el pretendidamente honesto Pericles hasta los supuestamente aguerridos espartanos. En este sentido, hasta se podría decir que es una obra un tanto iconoclasta. Allá va un ejemplo:

«Ulises, presentado como ejemplo y modelo, es uno de los más descarados embusteros y embrollones de la historia. Y la medida de su grandeza la proporciona solamente el éxito, que debía ser la verdadera religión de aquella gente.»

El ejemplo de Ulises viene bastante bien para explicar en qué consiste ese viaje a la Antigua Grecia que nos propone Montanelli: jamás se podrá comprender lo que fue Esparta, o las Guerras Médicas, o Alejandro Magno sin conocer las bases de la civilización helénica: sus mitos, sus creencias y su modo de entender el mundo.

Y a la vez, Historia de los griegos está llena de viajes de ida y vuelta desde la Antigüedad hasta nuestros días, comparaciones y paralelismos que dan pie a brillantes reflexiones como esta:

«Es una vieja historia que dura desde siempre: el hombre, cada vez que abandona la esperanza de descubrir por raciocinio los grandes porqués de la vida y del universo, que constituyen precisamente la meta de la Filosofía, se refugia en el estudio del «cómo», que es el cometido de la Ciencia. También nosotros, los contemporáneos, vivimos precisamente en una de estas coyunturas.»

Por decirlo de otro modo: este no es un libro para aprender historia, sino para disfrutar de ella. Un viaje de miles de años al encuentro de nosotros mismos escrito con tanto talento que uno no se cansa nunca de releerlo.

Antes de acabar me gustaría citar otro interesante libro escrito más de medio siglo después por una compatriota de Montanelli, una obra que guarda muchas similitudes con esta aunque se centra en el ámbito lingüístico: La lengua de los dioses, de Andrea Marcolongo. Otra joya para disfrutar con calma.

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