
Esta es una pregunta que muchos escritores noveles e independientes se hacen a menudo: ¿cómo puedo imprimir mi libro?
Dentro del proceso que comporta la creación literaria, imprimir libros entra dentro de lo que podríamos llamar la «parte técnica», esa que se suele situar fuera de los límites del oficio de escribir, a pesar de estar estrechamente relacionado con él.
Aunque soy un declarado fan de los e-readers y los libros electrónicos, tengo que reconocer que los libros en papel siguen teniendo un encanto único: el olor, el tacto… Y también un punto de nostalgia altamente seductor para los que ya tenemos cierta edad. El libro en papel sigue reinando en su trono.
Pero antes de llegar a tener en nuestras manos ese objeto tan especial que es un libro, hay un largo y fascinante proceso detrás. Estas son sus fases:
Maquetación

Situémonos en este punto inicial: el libro ha sido escrito por el autor y corregido por un profesional (corrección orto-tipográfica, gramatical y de estilo), como debe ser. El siguiente paso natural es el de la maquetación.
Esta parte es la que hace que un escrito sea agradable a la vista, con una apariencia limpia y ordenada, presentado con cierto sentido estético. En este apartado hay que considerar aspectos como por ejemplo el sangrado (margen de seguridad para la reproducción correcta de los ejemplares) y el modo de insertar las imágenes que eventualmente pueden acompañar al texto.
La maquetación incluye también otros elementos como el diseño de cubiertas y contracubiertas, el lomo y las solapas, además de todos esos elementos que dan su forma definitiva al libro.
Diseño de portada

Una cuestión vital. La portada es el escaparate de un libro, su tarjeta de presentación. Una mala elección de la misma puede tener consecuencias catastróficas. Una vez más, se trata de un trabajo que hay que dejar en manos de profesionales.
El diseño de la cubierta de un libro es una de esas cuestiones en las que no se debe escatimar en gastos. Siempre hay que apostar por la mejor opción.
Otras cosas a valorar respecto a la portada es saber si queremos que esta sea mate o brillante, plastificada o no, si deseamos que tenga faja o solapas, así como escoger entre tapa dura o tapa blanda.
Tipo de papel y encuadernación

No todos los papeles son iguales. Dos elementos a tener en cuenta es si queremos que sea papel estucado (mate, brillo o semi-mate) o no estucado, y cuál es el gramaje adecuado.
Por ejemplo, para imprimir un cómic es mejor optar por un estucado satinado, mientras que para una novela se recomienda siempre un papel con cierta rugosidad y un color algo más amarillento.
La encuadernación final dependerá igualmente del tipo de papel, aunque también del tamaño y de la temática del libro.
El paso final: la impresión

Con todo diseñado y maquetado, ya solo queda imprimir el libro. Culminar el proceso. También aquí hay que tomar algunas decisiones: impresión digital o impresión offset, blanco y negro o a color, impresión láser o inyección de tinta… Todo dependerá de tipo de libro, de sus contenidos y de las preferencias del autor.
Conclusión: Fácil y 100% online
Han quedado atrás los tiempos en los que, para imprimir un libro llevando a cabo todos los pasos que hemos mencionado, había que acudir presencialmente a la imprenta. Hoy en día la tecnología permite que todo este proceso se pueda ejecutar online, cómodamente desde nuestra casa o nuestra oficina, recibiendo el resultado (el libro imprimido) en la dirección que nosotros queramos.